En palabras de mi abuela "la misma palabra dicha de una manera u otra cambia una barbaridad".
En una conversación de hospital, alguien dijo: "tengo una farmacia, y atiendo a la gente del pueblo de al lado porque el señor de esa farmacia es un borde. Y esto pasa porque eres amable, atenta, es gente mayor... Cuesta muy poco poner una sonrisa y no tener cara de ajo, pero la diferencia en lo que recibes es tremenda".
Apoyo al 100% la afirmación de mi abuela, y soy ferviente defensora de profundizar en la importancia que tiene la manera de decir las cosas, de comunicar noticias, especialmente, las malas. La huella que va a dejar una noticia mala en nosotros, no es la misma dicha de una manera que de otra.
Para profundizar en ello, os dejo un texto sobre un caso real, en el que una mujer, tras tener un accidente de coche, en el que fallecen su bebé y su marido, siente que el cómo se le ha comunicado todo en ese proceso, no es ni por asomo la mejor de las maneras, y no sólo eso, sino que tendrá consecuencias en la elaboración del proceso del duelo para ella. Es un texto muy enriquecedor y que merece la pena ser leído y reflexionar sobre él.
"Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo."
Eduardo Galeano.
Ver video: Amabilidad
En la vida en general, nos centramos más en lo malo que en lo bueno. De la misma manera que nos sorprende más encontrarnos con alguien que nos atienda amablemente que de una forma seria, o incluso desganada. ¿A cuántos de vosotros os ha sorprendido el trato amable de algún trabajador ante cualquier gestión que hayáis hecho? Cuando lo que debería asombrarnos es la gente no-amable.
"Ser amable es más importante que tener razón."
En un zapping hace unos días vi una parte del famoso programa que trata sobre jefe - empleados, en el que una de ellas se sorprendía al ser llamada por el jefe, y comentaba "me ha llamado y pienso: algo he hecho mal". Esto es una situación de lo más normal en la vida. Tanto en trabajos, como en coles, o en nuestro día a día. Vemos trabajos en los que se llama al empleado sólo para señalarle algo que ha hecho mal, en lugar de felicitarle por algo que ha hecho bien, o tan sólo por hacer su trabajo de una manera eficaz y amable. Vemos niños a los que se les dan notas para llevar a casa en las que se señala un comportamiento inadecuado, pero nunca llevan una en la que sin más diga "¡es un/a niñ@ fantástic@!".
Seamos positivos y centrémonos, y fomentemos, las cosas buenas.
Hay una expresión que adoro, y es "No tengo palabras". Esta frase es, sin duda, la expresión óptima de la felicidad. Cuando alguien nos dice "me has dejado sin palabras" es una de las mejores cosas que nos pueden ocurrir. Seamos amables simplemente por el hecho de serlo, digamos cosas buenas y bonitas porqué si a diario, y dejemos a la gente sin palabras.
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